viernes, 30 de abril de 2010

palabras de Eusebio Ruvalcaba

03:00 am

Pueden ser las 3 de la mañana o las cuatro o las cinco. Cualquier hora es buena para asomarse a las grietas humanas. Y ésa es la misión de Marco Solares: revelarnos nuestras obsesiones. Precisamente con una tenacidad que raya en el delirio. Porque el ojo de Marco es como su pincel: incomplaciente. E incansable. Producto de las andadas, de las noches vividas al rojo vivo, del alma que crece como una estopa remojada en gasolina, siempre dispuesta a arder y quemar vísceras y tejidos. Detenerse en una exposición de este hombre obliga a la reflexión. ¿Así somos?: ¿Devastados? ¿Mórbidos? ¿Tocados por la mano del infierno? Marco se encarga de traernos a la mesa la apabullante, terrible, fokin realidad atroz que sus ojos contemplan y hacen nuestra. Una realidad sin ambages se torna punto de arranque para el día de mañana ―¿qué dirán de esto los príncipes de la autoayuda? Me atrevería a decir que el trabajo de Marco Solares pone delante de nosotros una verdad insoslayable, que no siempre estamos dispuestos a aceptar: rescata el dolor que yace en nuestra condición humana y lo vuelve aún más dramático. Como si cualquier cosa.
Dije arriba que una exposición de Marco Solares obliga a la reflexión. También a volver la cabeza y echarse a correr. Y si no, pregúntenle al pusilánime más cercano.


eusebio ruvalcaba

(texto de presentación para la exposición "03:00am", 24 de abril de 2010)



jueves, 29 de abril de 2010

Nahualeando







Iniciando la serie "Nahual".


óleo/madera


120x80cm


2010