martes, 31 de mayo de 2011

meditaciones de columpio


Pasamos la vida preparando el gran salto, aquél que nos traerá éxito. Vislumbramos dicho evento como el decisivo. Entonces serán reconocidas nuestras virtudes y nuestro talento. Aquellos que dudaron sabrán de su error, y quienes tuvieron fe, comprobarán que no estaban equivocados. Somos educados para llegar. Dar el gran salto. Tomar vuelo, elevarnos al menos un poco: La tierra húmeda nos recibe con sus entrañas abiertas, maternal, cobija el cadáver de nuestra gloria.