"En otros tiempos yo era muy joven y me orientaba tanto más
fácilmente y podía hablar con nerviosa inteligencia sobre cualquier
cosa, con claridad y sin preámbulos tan literarios como éste; en otras
palabras, ésta es la historia de un hombre que no se tiene mucha fe, y
al mismo tiempo la historia de un inútil egomaníaco y bufón de
nacimiento...
Empezar por el principio y dejar que la verdad vaya
surgiendo, eso es lo que voy a hacer. Todo empezó una cálida noche de
verano..."
Estas son las primeras líneas de la novela titulada "The Subterraneans", de Kerouac Jack (1922-1969)
poeta beat, amante del jazz, y polvo de las carreteras, trenes y calles oscuras que nos llevan al Dharma.
Me pregunto: ¿qué más puede contar un hombre sobre su vida? Qué mejor currículum que el saberse bufón de nacimiento.
No
sé si este hombre acabó muerto en un vagón de carga o si por el
contrario, murió viejo y tranquilo rodeado de esposa y algún hijo. Sólo
sé que escribió con ritmo, que vivió con velocidad, que respiró el vaho
de las noches eternas.
En el camino. Allí es donde las cosas suceden. Uno nuca estará seguro de haber llegado a su destino.