sábado, 18 de julio de 2009

Déjate

Al igual que Tú, Soy un tipo que ya no lustra sus zapatos, ni compra lociones de importación para sorprender a nadie.
Ridículo espectáculo daría al estrenar dentadura o cambiar mi peinado por otro que le venga mejor a esta cara achatada.
No me da la gana echar un discurso para enamorarte, ni quiero que me tomes por un caballero. Sabes perfectamente que soy pésimo para esos trucos de seductor de telenovela.
No pienso invitarte al starbucks a tomar un capuchino dulzón y tampoco intentaré leerte un poema bajo la amarillenta luna de noviembre.
Que escena tan más estúpida la nuestra si nos sentáramos en un parque a tomar helado a respirar felicidad dominguera. Tu, perfectamente maquillada y marcándome el ritmo de mi galantería, y Yo con actitud decente y el rostro afeitado.
No me da la gana. Sabes bien que no lo haré.
Cuál sería el sentido, no hay tiempo para ello, ya lo hemos gastado en anteriores encuentros, ya lo hemos vivido con otros cuerpos y otros nombres.
Ahora sólo te pido que no apartes mi mano de tu entre pierna. Deja que haga lo propio, permíteme dedearte.
No habré de hacer planes, ni telefonearé mañana para decir que te amo.
Ya lo dije antes, sería estúpido.
Te escupiré entre los dedos de los pies y untaré esa saliva con ayuda de mi lengua porosa a lo largo de tu planta y sobre tu pantorrilla. Verás como se me para la verga.
Olvidémonos del vocabulario elegante y la respiración controlada, echemos a la mierda los cumplidos y los algodones de azúcar. No me tomes por un adolescente.
Dejemos a ellos esos juegos, la noche les depara sorpresas.
Quiero tomar un par de cervezas y verterlas sobre tus tetas, sobre tu vulva arrugada, caliente.
Salgamos de esta fonda grasienta, dejemos la sopa para otro día. Ahora sólo quiero el caldo de tus genitales, batirme en el puchero que derramas, lamer tu carne, mordisquearte el culo.
No preguntes por mi lectura favorita ni me vengas con que te sientes diferente a otras mujeres de tu edad. Estás acabada al igual que lo estoy Yo.
Deja que siga deslizando mis dedos entre tu culo y tus labios mojados, déjame olerte los calzones, esa mezcla entre suavizante de ropa y sudor de panocha.
Los perros te la huelen desde que cruzas la calle cuando vienes a verme. Olor a sudor de cítricos, y otras veces, a jamón serrano mojado en vino tinto, ¡puta madre!
Dime si estoy demasiado ebrio, yo creo que aún puedo beber un par de tragos más antes de mearme sobre la mesa.
Cuéntame como mojas tus bragas cuando me miras metiéndole mano a alguna más joven que tú.
Anda, no me vengas con que esperabas más de mi parte, no pidas que te lo diga en mi juicio. Este soy, y esto es lo que te quiero dar.
Nada de esa basura sentimental, ni palabrería reciclada.
¿Que esperabas? ¿Que actuara como un Dandy? ¿Tengo cara de apellidarme Arjona? ¡No me chingues!
Vamos, estamos hechos de la misma carne. Tu estas mojada, Yo estoy duro y listo para abrir tu cuerpo. Soy una larva que desea entrar en tu herida, comer tu tejido y retorcerme en tu sustancia blancuzca.
Pondremos algún canal porno y beberemos más cerveza. La noche llegará lentamente y con ella, la consciencia.
Después de cogerte puedo enseñarte un par de albures muy buenos para que los practiques con tu esposo o tus amantes, también puedo mostrarte como destapar una cerveza con la hebilla de tu cinturón, pero ten por seguro, no habrá una mirada tierna o un fragmento de Sabines para coronar nuestro encuentro.
El desamor nos ha hecho sus víctimas más de una ocasión. No hay lugar para un nuevo intento. La vida nos ha perdonado.
Hazme ese favor, chúpamela.
Empínate y deja que me venga dentro. Anda. Déjate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario