sábado, 18 de julio de 2009

Sin rumbo

El viento sopla con furia,
las calles... amplias, deslumbrantes, desérticas.
camino despacio,
mis palabras son lentas.

mi rostro petrificado experimenta
gesticulaciones extrañas,
sigo caminando...
mi sombra fiel vigila los pasos, mis sollozos.

no hay nadie.
nada.
hay un sol que calcina, que deslumbra.
no hay nadie.

los días pasaron cerca de aquí sin reconocerme.
corrían y celebraban la vida.
el cálido liquido brotaba de los ojos...
acariciando mi rostro endurecido.

las risotadas aparecían
como travesuras de niños en domingo.
el cansancio me arroja sobre la banqueta.
hay que olvidar y cerrar los ojos

hay que soñar con otra vida...
desearía volver a la brisa del mar oscuro
a los sangrantes cielos vespertinos y lejanos
al suave letargo subterráneo.

hay que soñar con otra vida.
reiniciar el viaje.
aquí no hay nadie,
nada.

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